Contar con una relación coparental adecuada es la clave principal para que vuestro hijo/a en común se críe en un ambiente feliz. Pero, ¿cómo conseguir llevarse bien y dejar a un lado los conflictos que pudieran surgir en la crianza? En este artículo te lo explicamos.
Una relación coparental sin conflictos
Como ocurre con cualquier ejemplo donde dos personas adultas deban ponerse de acuerdo, la comunicación es fundamental para evitar conflictos, enfados y recriminaciones. Además de ser padres, cada uno de vosotros tendrá algunos momentos estresantes debidos al trabajo, la familia o cualquier suceso que traiga consigo el mal humor. Por ello, a veces resulta difícil mantener siempre la armonía en una relación, sin importar si es de pareja, coparental o de amigos, entre otros casos.
Sin embargo, solucionar este hándicap es posible. Para ello, solo necesitarás buena voluntad y, sobre todo, entendimiento. Tanto si tu copadre se ha convertido en un amigo como si no, existen muchas razones para alejarse de las discusiones. Ten en cuenta que lo más relevante de esforzarse por crear una relación coparental adecuada es que vuestro hijo vea en vosotros dos personas que se entienden y se respetan por encima de todo.
Consejos para crear un hilo comunicativo ejemplar entre tu copadre y tú
El objetivo de los consejos que vamos a ofrecerte es conseguir que el bienestar de tu hijo se mantenga siempre en auge. Recuerda que tanto tu copadre como tú debéis poner de vuestra parte para llevarlos a cabo:
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La comunicación es primordial. Aunque cada uno viva en su casa y no os veáis todos los días, debéis manteneros en contacto para informaros sobre la vida diaria de vuestro hijo. Solamente así, ambos estaréis involucrados a partes iguales en la crianza.
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Acordar las normas juntos para que sean las mismas cuando tu hijo esté contigo o con tu copadre. Por ejemplo, la hora de acostarseo el tiempo de pantallas (tablet, TV, etc)..
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Cuando haya algún tema en el que no estéis de acuerdo, intenta gestionar tus diferencias y puntos de vista con educación y, sobre todo, hablando y nunca gritando. Para lograrlo, ponte siempre en la piel de tu copadre. Así, te resultará más fácil analizar la situación con calma. La empatía es siempre clave.
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La flexibilidad es determinante para evitar discusiones en la relación coparental. Si, por ejemplo, un día te dice tu copadre que quiere llevarse a vuestro hijo a ver un partido de fútbol, aunque te corresponda estar a ti con él, puede ser una oportunidad para ceder y alimentar un círculo virtuoso de positividad..
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Hacer cosas en común, como cenar juntos en Navidad o visitar un museo cualquier tarde de sábado, es siempre positivo si habéis logrado construir una relación saludable..
En todo caso, esperamos que con las pautas ofrecidas anteriormente, la relación coparental con el padre o la madre de tu hijo se consolide. Con buen entendimiento y predisposición a ayudaros, todos os beneficiaréis.