La coparentalidad surge del deseo genuino, muchas veces imposible de mitigar, de ser madre o padre y se inicia cuando un mínimo de dos personas decide ponerse de acuerdo para tener un bebé, estén o no en pareja.
Esta alternativa al modelo de familia clásico se puede hacer realidad a partir múltiples opciones:
- Una pareja de mujeres y un hombre. En esta opción es posible que una de las mujeres decida gestar.
- Una mujer y un hombre.
- Dos mujeres y dos hombres.
- Dos hombres.
- Dos mujeres.
- Personas de cualquier género: mujeres y hombres transexuales, personas no binarias, etc.
Por lo tanto, la coparentalidad se desarrolla desde una realidad heteroparental (cuando los progenitores son de distinto sexo), homoparental (del mismo sexo) o en la variedad de géneros. Todo vale, sí. Por fin.