¿Qué es la coparentalidad?
La coparentalidad o ser copadres se da cuando dos personas (o en ocasiones más de dos) entre las que no existe ninguna relación sentimental deciden tener un hijo y criarlo en común.
Es decir, es la posibilidad de que yo, como mujer u hombre, pueda decidir tener un hijo con alguien que no es mi pareja y compartir con él su crianza.
Aunque de primeras puede sonar como algo poco habitual, es algo que en realidad ha existido toda la vida. Por ejemplo, se da la coparentalidad cuando dos padres se separan, pero siguen compartiendo la custodia de los hijos. O cuando un niño o niña es criado por una madre o padre soltero/a y alguno de sus familiares (por ejemplo los tíos, los abuelos, etc.), por un padre o madre y su nueva pareja, etc.
Ventajas de una coparentalidad con una amistad
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Aumenta la sensación de que formas parte de un grupo y el sentido de finalidad de ser padre/madre.
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Los intereses en común en la amistad pueden favorecer a la crianza del pequeño o pequeña y a la realización de actividades juntos.
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La amistad consolidada facilitará el proceso de adaptación a la coparentalidad.
Inconvenientes de una coparentalidad con una amistad
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Si la amistad se corrompe, el niño o niña podría verse afectado. Aunque no se trate de una relación de pareja, se acaba formando un vínculo emocional entre los copadres. Por eso, es muy importante gestionar correctamente estos vínculos para ofrecer la mejor estabilidad posible al hijo/a.
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En esta situación los copadres tendrán la complejidad de gestionar no solo su relación personal de amistad sino también la nueva relación que tendrán ambos individualmente con el menor. Será importante dar a cada relación su espacio.
La coparentalidad con una amistad comporta ciertas ventajas, pero también ciertos inconvenientes. Por eso, para que las cosas salgan lo mejor posible siempre se debe tener muy presente la importancia del desarrollo y el crecimiento del niño o niña.