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Es común que un niño cuyos padres realizan la crianza de forma coparental, viva en dos casas distintas y resida en ellas de forma alterna. No te preocupes, se acabará acostumbrando a vivir en dos casas y al final, las dos serán su hogar.
Dejarle a vuestro hijo espacio en ambas casas
Dale la posibilidad de personalizar su habitación. Déjale dar su opinión sobre el aspecto de la estancia, para que se sienta a gusto y en casa.
Haced actividades y jugad en familia
Si tienes un niño pequeño, ten en casa esos juguetes favoritos con los que juega tanto. Procura que traiga consigo esos juguetes cuando es tu turno de que tu hijo se quede contigo. Si su precio no es muy alto, considera comprarlos para que también los tengas en tu casa. Sal a jugar por las tardes y hacer excursiones el fin de semana. Habla con él sobre su día, echa un vistazo a sus deberes escolares y juga con él. Los ambientes familiares harán que tu hijo se sienta en su espacio y seguro.
Sed coherentes
Intenta acordar unas reglas domésticas con tu copadre. A los niños les va bien seguir una rutina. Es conveniente que cuando pase tiempo con uno y después con el otro progenitor, no haya cambios radicales en la forma de educarlo. Realizar un acuerdo de coparentalidad puede ser muy útil en este caso.
No pierdas el contacto con tu hijo
Cuando tus hijos estén con su otro progenitor, tenéis que acordar llamar una vez al día, ya sea a la hora de ir a dormir o durante el día, para poder hablar con el. Es importante que acordéis entre los copadres cuando es el mejor momento para realizar la llamada. Una buena opción para el niño o niña es también realizar actividades lúdicas los 3, si así habéis decidido compartir la crianza.